El pan le gusta a la mayoría de las personas, suele comerse a toda hora y acompañar cualquier comida o aperitivo, pero por más sabroso que sea, su consumo es poco saludable debido a su composición: la harina blanca refinada y la gran cantidad de productos artificiales utilizados en la elaboración.
En la actualidad, el trigo es demasiado híbrido y no puede considerarse como un alimento sano, ya que se le atribuye cierta relación con diversas enfermedades y efectos negativos en la salud mental. Además, la harina blanca refinada contiene una cantidad elevada de glutamina y es pobre en fibras, vitaminas y minerales.
El pan blanco contiene demasiada sal y posee un alto índice glucémico, por lo que su consumo estimula el apetito, no produce saciedad y eleva el nivel de azúcar en la sangre provocando que el cuerpo produzca más cantidad de insulina que la necesaria. Esto afecta al páncreas e incrementa el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, diabetes y obesidad.
Este alimento afecta el metabolismo del organismo y puede causar aumento en los niveles de colesterol (LDL), indigestión, síndrome del intestino irritable, cáncer de colon y otras enfermedades digestivas, así como también enfermedades cardiovasculares.
Alternativas saludables para reemplazar el pan
Te recomendamos las siguientes recetas aptas para la primera semana del Plan de Alimentación Saludable:
• Pan indicado.
• Pan de lino.
• Chalitas de lino y vegetales.
• Galletas de sésamo y chía.
• Pan de atún.
Lic. Loreley Baravalle
Directora de Córdoba Nutrición
MP: 2610 – Nutricionista