Córdoba Nutrición

Cómo sustituir el pan blanco

Cómo sustituir el pan blanco

El pan blanco es un alimento arraigado en la cultura gastronómica y muy difícil de dejar a un lado cuando se lo considera como la mejor opción a la hora de preparar una comida rápida, el desayuno o la merienda. Sin embargo, existen razones para prescindir de su consumo y alternativas saludables para sustituirlo.

El pan le gusta a la mayoría de las personas, suele comerse a toda hora y acompañar cualquier comida o aperitivo, pero por más sabroso que sea, su consumo es poco saludable debido a su composición: la harina blanca refinada y la gran cantidad de productos artificiales utilizados en la elaboración.

En la actualidad, el trigo es demasiado híbrido y no puede considerarse como un alimento sano, ya que se le atribuye cierta relación con diversas enfermedades y efectos negativos en la salud mental. Además, la harina blanca refinada contiene una cantidad elevada de glutamina y es pobre en fibras, vitaminas y minerales.

El pan blanco contiene demasiada sal y posee un alto índice glucémico, por lo que su consumo estimula el apetito, no produce saciedad y eleva el nivel de azúcar en la sangre provocando que el cuerpo produzca más cantidad de insulina que la necesaria. Esto afecta al páncreas e incrementa el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, diabetes y obesidad.

Este alimento afecta el metabolismo del organismo y puede causar aumento en los niveles de colesterol (LDL), indigestión, síndrome del intestino irritable, cáncer de colon y otras enfermedades digestivas, así como también enfermedades cardiovasculares.

Alternativas saludables para reemplazar el pan

Te recomendamos las siguientes recetas aptas para la primera semana del Plan de Alimentación Saludable:

Pan indicado.
Pan de lino.
Chalitas de lino y vegetales.
Galletas de sésamo y chía.
Pan de atún.

Si estás acostumbrado a consumir pan o bajo un tratamiento de descenso de peso, puedes sentirte más ligero, lúcido y con más energías preparando estas opciones saludables acompañadas de verduras (hojas verdes, zanahoria rallada, rodajas de tomate o pepino, etc.) y proteínas (atún, jamón cocido, clara de huevo hervido).

Lic. Loreley Baravalle
Directora de Córdoba Nutrición
MP: 2610 – Nutricionista

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